Hambre y Apetito: Dos conceptos diferentes
El control del peso corporal guarda una estrecha relación con la forma en que cada persona identifica las señales que envía el cuerpo, antes y después de la comida.
Muchas veces, ingerimos alimentos sólo por el placer, que nos produce consumirlos, por ejemplo, los chocolates; en otras ocasiones comemos casi sin darnos cuenta que cantidad consumimos, mientras que a otras personas les cuesta trabajo identificar cuando deben parar de comer.
Lo anterior, se relaciona con dos conceptos íntimamente ligados, pero que difieren ampliamente el uno del otro, aunque en el lenguaje popular se usen para referirse a lo mismo; estos dos conceptos son: hambre y apetito.
¿Qué es el hambre? es una necesidad fisiológica vital, indispensable para nutrir nuestro cuerpo y mantener la vida.
¿Qué es el apetito? es el deseo de comer por placer, en el cual factores como el olor, el sabor, el aspecto de los alimentos, o el contexto en el que se encuentran, estimulan nuestra mente, y nos hacen comer, aunque no tengamos hambre.
Y si bien, "tengo hambre" es la expresión más utilizada cuando queremos o tenemos ganas de comer algo, lo que realmente tenemos es apetito, que es esa sensación entre las comidas regulares, producida por la caída del nivel de glucosa en la sangre.
¿Cómo controlar el apetito?
Cuando tenemos apetito, ingerimos más calorías de las necesarias, por lo tanto, sino aprendemos a manejarlo, vendrá el aumento de peso.
Es importante aprender a identificar las señales que nuestro cuerpo nos envía, antes, durante y después de comer; esto es, parar cuando estamos satisfechos, y dar tiempo suficiente entre una comida y otra.
Algunos alimentos, por ejemplo, chocolates, grasas, dulces, estimulan en nuestro cerebro mecanismos de placer, que hacen difícil diferenciar entre hambre y apetito, por ello, debemos controlar su consumo, pues en general nuestro cuerpo no está necesitando estos nutrientes.
Comer despacio, y distribuir las comidas a lo largo del día, hace que la sensación de saciedad sea más duradera, evitando los excesos en nuestra alimentación.
De ahí la recomendación de realizar las 6 comidas en el día (desayuno/ media mañana/ almuerzo/ media tarde/ merienda/ cena)